El 26 de marzo, la médico del hospital Rafael Ortiz Ravines de la provincia de Chucuito-Juli, Jakeline Mariela Capacoila Ch., se negó a recepcionar a un herido por accidente de tránsito. Más allá de lo cuestionable proceder de la especialista, el caso puso al descubierto la falta de ambulancias en el sistema de salud de Puno.
Estas unidades que permiten la ecuación urgente de un paciente, a veces, están detenidas porque solo el 60 % de la flota tiene choferes a dedicación exclusiva. Es decir, en algunos centros de salud se cuenta con ambulancias, pero no hay choferes que trabajen a dedicación exclusiva.
“Existe un proyecto para poder ampliar la cantidad de ambulancias. La idea es que cada distrito tenga una unidad”, aseguró Mendoza.
El funcionario explicó que la carencia de unidades y personal humano para que se haga cargo de las ambulancias en los centros de salud es un problema de años atrás. “Por eso es que estamos coordinando con algunos alcaldes para que sean ellos los que garanticen la contratación de un conductor y a la vez el mantenimiento de la unidad en el tiempo que lo necesita. Algunas autoridades se comprometieron con todo, pero no cumplieron”, aseguró.
Los puestos que mayor necesidad tienen son los que se encuentran en las zonas más alejadas de las capitales de provincia. (La República)