El pueblo aymara del distrito de Pomata ha manifestado públicamente su repudio y «desprecio» hacia el obispo Ciro Quispe López. Los pobladores lo acusan de «abusivo» por presuntamente haber maltratado a las monjas y al padre Inar Francisco Cabrera Maquera, quienes, según la comunidad, realizaban un «excelente trabajo pastoral» en la localidad.

Precedente en Ilave y advertencia al obispo.

Esta situación en Pomata no es un hecho aislado. Una situación similar ocurrió a finales de 2024 en Ilave, donde la comunidad aymara también se levantó contra el polémico religioso cuando intentó cambiar a los párrocos de esa localidad.

Los dirigentes y pobladores de Pomata han sido tajantes al enviarle un mensaje directo al obispo Quispe López, indicándole que «no se acerca a este pueblo ya que no es bienvenido». Este pronunciamiento refleja una profunda desaprobación de la comunidad aymara hacia la gestión y el actuar del obispo, lo que sugiere una crisis de confianza y autoridad en la Diócesis de Juli, a la que pertenece Pomata.

(E.C)