El Perú protege una gran agrobiodiversidad de más de 1,500 variedades nativas de diferentes cultivos en dos zonas de Agrobiodiversidad reconocidas por el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) con la finalidad de conservar su gran riqueza y garantizar la alimentación y seguridad alimentaria de los peruanos, afirmó hoy el sector al celebrarse el Día Mundial del Medio Ambiente.
Una de estas Zonas de Agrobiodiversidad se ubica en Puno. Se trata de los Andenes de Cuyocuyo, que posee una extensión de 6.5 kilómetros de andenería inca que mantienen majestuosamente su funcionalidad y, haciendo uso de prácticas tradicionales, se cultiva una importante diversidad de plantas nativas, en las que destacan las raíces y tuberosas andinas.
En esta extensión se ubican siete comunidades campesinas conservacionistas que preservan sus cultivares con técnicas y conocimientos ancestrales, manejo que ha permitido mantener y perdurar a través del tiempo, una gran variedad de semillas de papa, oca, olluco, maíz y habas, que en la actualidad constituyen una gran reserva genética de nuestra agrobiodiversidad.
Otra Zona de Agrobiodiversidad reconocida por el Minagri, a través del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), es el Parque de la Papa ubicada en el distrito cusqueño de Pisac, el cual posee un área de 7,238 hectáreas agrupando a 4 comunidades campesinas.
Esta zona concentra más de 1,300 variedades nativas de papa conservadas en campo y en un banco de germoplasma comunal. Se práctica además el turismo vivencial el cual permite preservar una cultura ancestral vigente, evidenciada en la estructura comunal conocida como “ayllu» (comunidad).
Estos reconocimientos permiten al INIA fortalecer y promover estrategias que consoliden la conservación, uso sostenible y gestión local de la diversidad agrícola nativa, así como la investigación científica para generar semillas de alta calidad genética y la mejora de la calidad de vida de los agricultores locales.
Banco de Germoplasma
Mediante trabajos de investigación, el INIA conserva y valora el germoplasma de más de 46 colecciones de cultivos de gran importancia para la alimentación y agricultura, como papa, quínua, kiwicha, olluco, yacón, mashua, oca, maíz, legumbres, cacao, ajíes, entre otros.
De esta forma, esta institución lidera la investigación de cultivos necesarios para la alimentación en más de 200 especies de plantas vinculados a proyectos de investigación en cultivos nativos. El objetivo es mantener genes utilitarios importantes en la generación de nuevas variedades para la agricultura.
Por último, el INIA afirmó que con el banco de germoplasma garantiza la conservación de cultivos y la obtención de nuevas variedades de alta calidad, benéficas para la alimentación y que contribuyan al desarrollo agrícola del país.(Andina)