En un acto cargado de simbolismo y profundo dolor, la Asociación de Mártires y Víctimas del 9 de enero de Juliaca llevó a cabo este sábado una movilización seguida de un masivo lavado de bandera en la Plaza de Armas de la ciudad. La actividad fue realizada como señal de protesta contra el gobierno de Dina Boluarte y en memoria de las más de 50 personas fallecidas durante las protestas registradas en diversas regiones del país, especialmente en Puno.
Los manifestantes, entre ellos madres, esposas e hijos de las víctimas, marcharon con banderas manchadas de rojo, representando la sangre derramada. Las banderas también llevaban mensajes de rechazo al gobierno, que, según los participantes, ha sido indiferente al dolor de los deudos y no ha respondido con justicia a los hechos ocurridos.
«Hoy realizamos el lavado simbólico de la bandera porque está manchada con la sangre de nuestros seres queridos. Esta bandera ya no representa unidad, sino tragedia», expresó conmovida una madre que perdió a su hijo el 9 de enero. «El luto nadie nos lo va a quitar. El duelo lo llevaremos siempre. Yo perdí un hijo y el dolor sigue igual que el primer día», agregó entre lágrimas.
Mariela Cayo, esposa de Manuel Quilla Ticona —una de las víctimas—, también alzó su voz. «Dina Boluarte no nos representa. Cada vez que aparece, el pueblo la rechaza. Nuestra bandera, la que llevamos en cada marcha, es ahora un símbolo de dolor y lucha. Aunque la lavemos mil veces, el recuerdo de los asesinatos seguirá presente».
Durante el acto simbólico, se vivió un momento de tensión cuando los manifestantes izaron una bandera de color blanco y negro en la asta de la plaza. Serenos y efectivos policiales intentaron retirarla, pero, tras un breve diálogo, permitieron que la bandera permaneciera en el lugar. La población presente respondió coreando: “¡La plaza es del pueblo, no de los corruptos!”
El lavado de bandera concluyó de forma pacífica, pero dejó un mensaje claro: los familiares de las víctimas no olvidan y seguirán exigiendo justicia.
