Foto Internet: Plaza de Armas de Huancané en Acuarela

Huancané es la capital de la provincia del mismo nombre, tierra de matacuras y wala walas, está ubicado a 3,841 metros de altitud y a 99 kilómetros del departamento de Puno.

La ciudad está rodeada de los cerros Pokopaqa y Santa Bárbara. Fue creado por Decreto Supremo de fecha 21 de junio de 1825 como distrito y el 19 de septiembre de 1827 como provincia, con su capital Huancané.

Foto Internet: Iglesia Santiago Aposto de Huancané en Acuarela

En la época de los incas fue un tambo, paso obligado para Chuquiago (La Paz). Entre 1717 y 1785 formó parte del obispado de la Paz, más tarde debido a la demarcación territorial pasó a formar parte de la intendencia de Puno.

En la Colonia y República, los huancaneños demostraron su lucha y rebeldía contra la opresión de los hacendados y malas autoridades, con los levantamientos de José Gabriel Túpac Amaru II y Pedro Vilcapaza Alarcón (1782) que Huancané fue incendiada y expulsados los opresores.

Foto Internet: Plaza de Armas de Huancané

Se repobló la ciudad con los migrantes bolivianos Gonzáles de la Rivera y Santa Cruz Miranda después de 1795, luego con los refugiados de Achacachi y Arequipeños (Imañas, Carpios, Mostajos, Ayalas, Peñalozas, Cuentas Riveros, Coderos) perseguidos a raíz de los levantamientos por la independencia Boliviana.

El segundo gran levantamiento fue con Juan Bustamante Dueñas (1866-1868) en coordinación con los ciudadanos de otras provincias (Azángaro y Lampa) contra el tirano Andrés Recharte, representante del poder central y finalmente la revolución de Huancho Lima (1923) esta última para la restauración del Tawantinsuyo en el gobierno de Augusto B. Leguía. Cuando Huancho fue proclamado Capital del Perú, con su máximo dirigente campesino Carlos Condorena Yujra.

Foto Internet: Fernando Chuquipiunta Machaca

Homenaje a Huancané

Poema de Fernando Chuquipiunta Machaca

INMARCESIBLE RECUERDO

Patria construida con palabras

de infinitas noches amargas,

vergel de cantutas,

cuna de poetas,

son tus calles encantadoras

cubiertas de flores y amaneceres.

Huancané,

palabra que trae el viento

de niños cantando al porvenir,

las palomas de alas rojas

vuelan hacia tu corazón.

Huancho Lima,

baila de infinita alegría

en este día de hombres libres

que van y vienen

por matinales señoriales.

Tu nombre mágico surge

entre dos achachilas milenarios,

testigos de alegrías y sufrimientos,

Poqopaka y Santa Bárbara,

hablan por mis venas

y por los niños que vendrán.

Huancané,

bastión de insurgencias,

batallas inconclusas,

escribo tu nombre

en el cielo y en mi corazón.

R.C.

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