
A más de un año del incidente que dejó a 30 niños y niñas intoxicados en la institución Gamaliel Churata del distrito de Cabana, la situación sigue siendo crítica. El abogado de las víctimas, César Quispe Calsín, denunció que los estudiantes aún sufren secuelas y que las investigaciones avanzan lentamente.
«Los niños presentan dolores estomacales tipo úlcera, gastritis, dolores de cabeza, sangrados, desmayos y ‘bombitos'», declaró Quispe Calsin, describiendo los persistentes malestares que aquejan a los menores. Además, señaló que los padres deben costear los traslados a hospitales y centros de salud, ya que el gobierno central no se hace cargo de la situación.

Diagnóstico incierto y alimentos contaminados
A pesar de los estudios y análisis realizados en Juliaca y Lima, aún se desconoce el diagnóstico concreto de la intoxicación. Un dato alarmante revelado por el abogado es que los estudiantes alimentaron a sus mascotas con los productos del programa Qali Warma, ahora Mikuna Wasi, y estas mueren tras consumirlos.
Investigación bajo la lupa
Ante la lentitud de la investigación fiscal, se realizaron reuniones con la presidenta de la junta de fiscales, Yudith, y la fiscal de la nación, Delia Espinoza Valenzuela. Como resultado, se acordó el cambio de fiscal a carga del caso, y este será investigado bajo la modalidad EFICAVID.

Consecuencias académicas y salud deteriorada
La intoxicación ha afectado el rendimiento académico de los estudiantes, y muchos corren el riesgo de perder el año escolar. La falta de un diagnóstico claro y la persistencia de los malestares han generado indignación entre los padres y la comunidad.
Sospecha de brucelosis y medida cautelar
Según análisis externos, los estudiantes podrían padecer brucelosis (salmonella typhi). Sin embargo, no están recibiendo tratamiento alguno. Quispe Calsin informó que se presentó una medida cautelar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y que el delito cometido contra los estudiantes es «delito contra la salud».
