Miles de ciudadanos juliqueños se congregaron desde las primeras horas del día en los diferentes cementerios de la ciudad para honrar la memoria de sus seres queridos fallecidos. Con flores, oraciones, música y ofrendas tradicionales, los familiares cumplieron con la costumbre de visitar las tumbas y recordar a quienes ya no están.
En los camposantos, se pudo apreciar un colorido despliegue de altares adornados con fotografías, objetos personales y las tradicionales “tantas wawas”, maná y galletas. La música, las oraciones y los recuerdos emotivos llenaron el ambiente de una profunda nostalgia.
La Sociedad de Beneficencia San Román, a cargo de los cementerios Collana, La Capilla, Satélite y Central, implementó medidas de seguridad y control para garantizar el orden y la tranquilidad durante la jornada. Entre las restricciones se incluyeron la prohibición de ingresar bebidas alcohólicas, mascotas, comidas, paraguas, sillas y la presencia de comerciantes ambulantes. Asimismo, se estableció un horario de atención de 7 de la mañana a 5 de la tarde.
Por su parte, la Subgerencia de Control Sanitario realizó operativos inopinados en los puestos de venta de alimentos ubicados en los alrededores de los cementerios Central y La Capilla. Estos operativos tuvieron como objetivo verificar las condiciones sanitarias de los productos y decomisar utensilios prohibidos, como cuchillos, para garantizar la salud de los asistentes.
La jornada del Día de Todos los Santos en Juliaca se convirtió en una oportunidad para reafirmar los lazos familiares y recordar a aquellos que ya no están presentes. La tradición de visitar los cementerios se mantiene viva y se transmite de generación en generación, fortaleciendo la identidad cultural de la región.