En una emotiva ceremonia, la ciudad de Puno se despidió de dos de sus más grandes exponentes musicales: Theodoro y Edgar Valcárcel. Los hermanos, reconocidos a nivel nacional e internacional por sus valiosas contribuciones a la música peruana, fueron homenajeados con una misa en la Catedral Basílica de San Carlos de Borromeo y un posterior cortejo fúnebre que recorrió las principales calles de la ciudad.
El acto, que congregó a autoridades, familiares, artistas y ciudadanos, fue una muestra del profundo respeto y admiración que sienten los puneños por los hermanos Valcárcel. La Escuela Superior de Formación Artística (ESFA) acompañó el cortejo con música, llenando las calles de melodías que evocaban la obra de los maestros.
En representación del alcalde Javier Ponce Roque, autoridades municipales destacaron el legado de los Valcárcel y su importancia en la historia cultural del Perú. Se subrayó su papel en la promoción y conservación de la música académica, así como su influencia en generaciones de músicos.
El cortejo culminó en el cementerio Laykakota, donde los restos de los hermanos fueron sepultados junto a la tumba del célebre escritor Gamaniel Churata. Este acto simbólico unió a tres grandes figuras de la cultura puneña, dejando un legado imborrable para las futuras generaciones.