La región Puno desde fines de agosto vive una baja en el número de muertes por coronavirus. Desde la quincena de julio los muertos eran entre 10 y 15. El pico más elevado se registró el 22 de agosto con 22 decesos. A la fecha este panorama cambió. Ahora los decesos no superan las ocho víctimas entre los hospitales de Puno y Juliaca.

El jefe del Comando Regional COVID-19 de Puno, Fredy Velásquez Angles, precisó que el freno que existe se debe a diversas razones. Empero precisó que la ciudadanía ha sentido un golpe al verse afectado por la partida de algún miembro de la familia directo o indirecto. “Esto ha provocado que la ciudadanía adopte sus propias medidas de protección y cuide a los más vulnerables”, precisó.

El funcionario consideró que la cuarentena focalizada y la restricción de los domingos también ayudaron.

Velásquez, aseguró que a diferencia del mes patrio ahora los hospitales de referencia COVID-19, están más equipados que antes para atender a más pacientes si es que hubiese una nueva oleada. “Los contagios se mantendrá. Esto tiene para rato. Lo bueno es que ahora la ciudadanía ha comenzado a protegerse más. Pero no podemos confiarnos”, dijo.

A la fecha hay 564 muertos. (La República)

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