Ayer, la doctora Pilar Mazzetti, responsable del Comando de Operaciones COVID-19, informó que se ha elaborado un documento en donde se detalla una serie de estrategias para tratar a pacientes infectados con el nuevo coronavirus en sus distintas etapas: leve, moderada y grave.
Estas estrategias y tratamientos, basados en experiencias a nivel mundial y local, buscan mejorar el pronóstico de los pacientes infectados con el virus. Mazzetti explicó durante la conferencia de prensa que si bien aún no existe una solución a la pandemia, a lo largo de las semanas se han ido reuniendo experiencias médicas que han hecho uso del tratamiento.
Una de estas es la del hospital Arzobispo Loayza. Leonel Martínez, infectólogo de dicho nosocomio, comenta en diálogo con La República que las medicinas mencionadas por la responsable del Comando COVID-19 comenzaron a ser utilizadas en los pacientes hace cerca de cinco semanas.
El experto señala que junto a varios colegas de distintos hospitales compartieron información sobre todo lo que leían. ‘‘Lo cierto es que fueron saliendo publicaciones científicas de España, donde mencionaban que se sabía la fisiopatología que pasaban en el organismo en el curso de esta infección. Más o menos a partir del quinto o séptimo día algunos hacían cuadro inflamatorio extremadamente severo, de los más severos que se pueda observar. Eso desencadenaba en que no puedan respirar, y finalmente que se puedan morir’’, agrega.
Asimismo, detalla que en Italia se llevaron a cabo algunas necropsias que reportaron que hubo fenómenos trombóticos. ‘‘Es decir, en las personas fallecidas se encontraron coágulos pequeños, pero diseminados en el hígado, riñón, cerebro y, prácticamente, en todo el organismo’’, añade.
Martínez dice que estas clases de coagulaciones se conocen como coagulación intravascular diseminada, que es ocasionada por diversas enfermedades graves. Los médicos llegaron a la conclusión de que de alguna manera sabían cómo manejar una situación como la mencionada: inflamación extendida y fenómenos trombóticos, que podían llevar a la coagulación.
‘‘En España empezaron a probar antiinflamatorios para bajar la inflamación y antitrombóticos o anticoagulantes para que no llegue a la coagulación’’, comenta el infectólogo. ‘‘Parecía muy coherente y coincidía con lo que veíamos, entonces decidimos iniciar con ese tipo de terapia y nos fue bien, veíamos que las personas se recuperaban. No llegaban al ventilador mecánico’’, asegura Martínez sobre cómo junto a otros colegas comenzaron a aplicar el tratamiento, que ahora ya ha sido aprobado por el Ministerio de Salud.
No obstante, el médico aclara que si bien la terapia sí funciona y evita que varias personas lleguen a estar conectadas a un ventilador, de igual manera habrá algunas otras que sí empeorarán.
Tratamiento recomendado
Entre los medicamentos recomendados por el Ministerio de Salud se encuentra tocilizumab, que ataca de forma más directa a la interleukina 6, la cual ‘‘promueve el fenómeno inflamatorio’’, según indica Martínez. Este, cuyo costo es muy alto, tiene algunos efectos adversos, como diverticulitis, entre otros.
Asimismo, otra de las medicinas recomendadas es la metilprednisolona que, de acuerdo al doctor, es un fármaco que no es específico para la interleukina 6, pero que ‘‘sí bloquea de forma similar el fenómeno inflamatorio’’. Él agrega que es accesible y que tiene un buen efecto.
Sobre la terapia en general asegura que “es muy útil, va a haber mucha gente que no se va a morir, vamos a bajar la mortalidad, pero asegurar que nadie va a fallecer no, ningún país lo ha hecho hasta ahora”. “De todas maneras va a haber pacientes que van a empeorar, sobre todo aquellos con diabetes, hipertensión, insuficiencia renal, entre otros, que seguro con una gripe simple se pondrían grave. No todos, pero sí son candidatos a agravarse’’, especifica.
¿Ventiladores mecánicos?
Leonel Martínez expresa que se desea evitar que los pacientes lleguen a estar conectados a los respiradores, pues estos son ‘‘pre-mortem’’. ‘‘En Alemania, de dos que entran (a UCI) uno suele morir. En nuestro medio es mucho más alto por el estado severo en el que llegan’’, señala.
‘‘(Al usar ventiladores) estamos solucionando la parte final del problema, cuando lo que deberíamos hacer es evitar a que lleguen a la ventilación mecánica y una forma de lograrlo es el tratamiento, que ahora está plasmado en el documento del Minsa’’, asevera.
Cuarentena
El infectólogo comenta que los médicos ven la guía del Ministerio de Salud con ‘‘mucha expectativa’’. No obstante, se muestra intranquilo por el posible colapso de los hospitales. ‘‘De todas maneras va a haber gente que hagamos lo que hagamos no va a acceder al tratamiento, así nos esforcemos al máximo. Eso es lo que nos preocupa’’, menciona.
‘‘La cuarentena era para eso: para enlentecer el número de casos, no para que disminuya, sino para que no se presenten tan rápido’’, recalca. Él agrega que se tendrían mejores resultados si las personas hubieran colaborado. ‘‘Habría un número de casos de acorde a lo que podemos atender’’, finaliza.
Etapas de enfermedad
La normativa del Ministerio de Salud también divide a los pacientes según su situación, ya sea leve, moderada o grave. En la primera, los afectados no requieren de oxígeno, pero sí deben beber dos litros de agua y recibir enoxaparina o anticoagulante, debido a que en estas semanas se ha podido evidenciar que el virus genera pequeños coágulos o trombos, los cuales dificultan el funcionamiento del pulmón. El médico tratante deberá brindar el tratamiento con la dosis recomendada.
«En los casos moderados, donde necesitamos el uso de oxígeno, la indicación que se nos está haciendo común a todos a través de este documento es insistir en la hidratación por vía endovenosa, administrar el oxígeno mediante cánulas colocadas en las fosas nasales, igualmente la anticoagulación para prevenir la formación de trombos», dijo Pilar Mazzetti durante la habitual conferencia de prensa del Ejecutivo el último miércoles.
Ella resaltó que lo más importante es el criterio del médico. Si algún paciente tuviera factores de riesgo, como problemas pulmonares, diabetes, obesidad o hipertensión, se podría requerir de una mayor dosis de anticoagulante.
Por último, en los casos severos se necesita hidratación por vía endovenosa, la oxigenación, así como la anticoagulación plena. »En los casos moderados y severos que no responden bien al tratamiento debido a la existencia de una inflamación en el organismo, se podrá usar corticoides (metilprednisolona o dexametasona) a fin de luchar contra esa inflamación», explicó. (La República)