José Chura Apaza, dueño del taller Tawa, donde se confeccionan máscaras para los conjuntos de danzas como la diablada o la morenada, comentó que tenía tres contratos grandes para la Festividad Virgen de la Candelaria; pero, como se canceló tuvo que anular dos y devolver el adelanto que le habían dado, lo que afectó su economía.

Un panorama sombrío que este empresario percibió antes de que se anunciara la no realización de la referida actividad cultural, pues sostuvo que debido a las protestas violentas hubo falta de insumos químicos para confeccionar las máscaras, como la resina, cuyo costo por barril se incrementó de 1,800 a 2,800 soles.

R.C.M.

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