El Pleno del Congreso no logró los votos necesarios para aprobar en segunda votación una polémica reforma constitucional que buscaba, entre otros puntos, eliminar los movimientos regionales y permitir la reelección indefinida de autoridades regionales y locales.
La propuesta, presentada por el congresista Fernando Rospigliosi, presidente de la Comisión de Constitución, generó un intenso debate en el hemiciclo. Si bien contaba con el respaldo de quienes defendían la continuidad de los proyectos y la gestión de las autoridades, también enfrentó fuertes críticas por atentar contra la pluralidad política y los derechos de participación ciudadana.
La iniciativa requería el voto a favor de 87 congresistas para ser aprobada, sin embargo, solo obtuvo 75 votos a favor, 37 en contra y 6 abstenciones.
Puntos clave de la reforma rechazada:
Eliminación de movimientos regionales: La propuesta planteaba retirar de la Constitución la figura de los movimientos regionales, lo que habría limitado la participación política a los partidos políticos nacionales en todas las elecciones, incluidas las regionales.
Reelección indefinida: La reforma buscaba permitir la reelección inmediata y sucesiva de gobernadores regionales, alcaldes provinciales y distritales.
Cuestionamientos: Diversos congresistas cuestionaron la inclusión de la eliminación de los movimientos regionales en la propuesta, argumentando que este punto no había sido debidamente debatido en la Comisión de Constitución. Además, se señaló que esta medida vulneraría los derechos de asociación y participación política.
Rospigliosi defendió la iniciativa argumentando que:
La eliminación de los movimientos regionales no limitaría la participación política, ya que los candidatos podrían ser personas designadas y no necesariamente militantes de partido.
La reelección indefinida permitiría garantizar la continuidad de los proyectos y mejorar la gestión pública.
Sin embargo, los argumentos de Rospigliosi no convencieron a una mayoría de congresistas, quienes consideraron que la propuesta atentaba contra la democracia y la pluralidad política.
El rechazo de esta reforma representa un revés para aquellos que buscaban concentrar el poder político en manos de los partidos políticos nacionales y limitar la participación de los movimientos regionales.
