Entre las joyas alimentarias que se cultivan en el Perú desde tiempos ancestrales destaca el tarwi o “chocho”, leguminosa considerada un prodigio de nuestra agricultura familiar.
Ello porque no solo posee enormes atributos nutricionales como superalimento que fortalece nuestras defensas frente a las infecciones y enfermedades, entre ellas el covid-19, sino que constituye un ejemplo de cultivo resiliente frente el cambio climático y un efectivo controlador biológico de plagas que afectan a los cultivos.
Atributos nutricionales
Entre las propiedades nutricionales del tarwi o “chocho”, como se le conoce en varias regiones y cuyo nombre científico es Lupinus mutabilis, resaltan su aporte de hasta 51% de proteínas, además de su alto contenido de calcio, que lo convierte en un gran alimento para quienes desean mantener dientes y huesos sanos. También aporta hierro, por lo que es un aliado para combatir la anemia, así como fibra y es rico en aceites esenciales.

Además, el tarwi es una buena opción para quienes son intolerantes a la lactosa y para los que buscan alimentos de origen no animal ricos en calcio.

Esta leguminosa tiene un alto contenido de triptófano, un aminoácido esencial para el buen funcionamiento de la glándula pineal que segrega melatonina, una hormona cerebral importante para generar la sensación de bienestar y dormir adecuadamente.

Asimismo, contribuye a regular la concentración de azúcar en la sangre, por lo que su consumo es muy recomendado para personas con diabetes. Posee ácidos grasos esenciales que contribuyen al óptimo desarrollo del sistema nervioso central y potenciar el funcionamiento del sistema inmune frente a infecciones y enfermedades.