La Organización de los Estados Americanos (OEA) aceptó auditar el recuento de los votos en Bolivia ante las sospechas generadas por el sistema de transmisión rápida de resultados, que quedó interrumpido casi un día y que luego dieron como virtual ganador en primera vuelta al actual mandatario Evo Morales, en medio de las acusaciones de fraude de la oposición.

El sospechoso cambio de tendencia del escrutinio desató una creciente tensión, que derivó en protestas con brotes de estallido social, por lo cual el Gobierno optó por solicitar una auditoría, pero no precisó si acepta las condiciones que ha puesto el organismo, que exige que sus conclusiones sean vinculantes.

El domingo, horas después del cierre de las urnas, el conteo rápido apuntaba a una segunda vuelta entre Evo Morales y el líder de la oposición, Carlos Mesa, pero poco después se interrumpió el escrutinio y transcurridas unas 24 horas, esa posibilidad se enterró.

La misma misión de observación de la OEA lanzó críticas al proceso junto a la Unión Europea, lo que acicateó los ánimos de la ciudadanía que expresa su descontento en las calles. Ante ello, el canciller boliviano, Diego Pary, le escribió al secretario general de la OEA, Luis Almagro, y le pidió una comprobación del conteo de las papeletas de votación.

Almagro contestó y aceptó el pedido de «verificar la transparencia y la legitimidad» de los comicios, a los que Morales, en el poder desde el 2006, concurrió en busca de un cuarto mandato consecutivo. 

Así, la misión de observación de la OEA realizará un análisis «que comprenda, entre otros aspectos, la verificación de cómputos, aspectos estadísticos, verificación del proceso y cadena de custodia».  Ya el jefe de esta delegación, el excanciller de Costa Rica Manuel González Sanz, cuestionó la interrupción del escrutinio rápido y manifestó su «profunda preocupación y sorpresa por el cambio de tendencia».  (LAMULA)