Es un imperativo para los demócratas cerrar filas contra esta coalición corrupta y autoritaria que pretende normalizar el régimen dictatorial. Esto exige impulsar no solo la creación de un frente de resistencia desde la izquierda democrática, desde el centro político e incluso desde la derecha liberal, contrarios a la imposición de un régimen autoritario y corrupto y con voluntad de contribuir a acercar la política al ciudadano de a pie, con la finalidad de legitimar la democracia.
La coalición corrupta no solo está en caída libre, sino que está perdiendo el paso. A pesar de la arremetida en el copamiento de los poderes del estado y de las contrarreformas electorales para ponerlas al servicio de reelección indefinida, no pudo dar el zarpazo final: remover a todos los miembros de la Junta Nacional de Justicia.