Todos los días esperamos los números fatales. Cuántos contagiados. Cuántos graves. Cuántos muertos. Pero detrás de las cifras hay historias de seres humanos que se pierden en la vorágine de cifras. Los números rigen nuestra existencia desde que nacemos hasta que morimos. Pero esta vez no vamos a referirnos a los guarismos sino a la vida que hay tras los números. Hombres y mujeres, mujeres y hombres de la Policía Nacional que, en el ejercicio de sus funciones, perdieron la vida contagiados por el nuevo coronavirus.
Recordar dónde trabajaban, qué especialidad tenían, dónde nacieron, qué actividades cumplían, cuántos años dedicaron a la institución, a qué unidades pertenecían, es una forma de celebrar la existencia que tuvieron, entregados a la seguridad, a la lucha contra el crimen y a la búsqueda del orden y la justicia.
De los servidores públicos que se encuentran en la primera línea de combate para impedir la propagación del contagio mediante medidas de inmovilización social, son los efectivos de la Policía Nacional los que han sufrido las mayores bajas. Una forma de honrarlos es recoger los sentimientos, las expresiones y las emociones de sus familiares, sus colegas de la institución, compañeros de promoción de las escuelas de formación, efectivos de las unidades donde laboraron juntos e incluso de ciudadanos que tuvieron contacto con ellos.
La República ha recogido los mensajes que estas personas escribieron, pronunciaron y difundieron en los medios de comunicación, en las redes sociales, en publicaciones oficiales o particulares, en los discursos en las ceremonias de despedida, en todas las manifestaciones de dolor y admiración por el policía fallecido. De esta manera, conoceremos un poco más de la vida íntima de quienes se contagiaron cuando en la calle se aseguraban de que los ciudadanos cumplieran con acatar las medidas para cerrarle el paso a la pandemia.
Entre los que fallecidos de mayor edad se encuentran Luis Herrera Ziegner (62), Antonio Grimaldo Carrial (61), Julio Ypanaqué Beltrán (61), César Huaraca Simpe (61), Manuel Castillo Guzmán (61), Daniel Rimay Champa (60), Gabriel Rivera Espinoza (60), Alberto Huamán Gregorio (60), Benigno Rueda Gómez (60) y Mariano Varela Muñoz (60).
Y también Julio Reátegui Cárdenas (28), Richard Palomino Santiago (29), Juan José Medina Gálvez (29), Elvis Omar Torres Torres (29), Jhonatan Chipana Navarro (30), Dammert Izquierdo Rugel (31), Edder Meca Contreras (35) y José Carlos Salas Valles (35).
Pero, definitivamente, el grueso de los caídos en la batalla está entre los 40 y 50 años. (La Republica)