Al menos diecisiete adultos resultaron heridos este miércoles en el bombardeo ruso a un hospital pediátrico en Mariúpol, un puerto del sureste de Ucrania, anunció un responsable regional, Pavlo Kirilenko. «Hay 17 heridos confirmados entre el personal del hospital», dijo Kirilenko a la televisión ucraniana, y agregó que de acuerdo con los primeros reportes «no había ningún niño» entre los heridos, como tampoco ningún fallecido.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, publicó un video en Twitter en el cual se podía ver el alcance de la destrucción en el complejo médico. El ataque «destruyó literalmente» una maternidad en el centro de la ciudad que también incluía una unidad de pediatría, dijo en Facebook Kirilenko, líder de la región sureña del Donetsk.
Agregó que un piloto ruso evidentemente sabía dónde aterrizaría la bomba. Mariúpol, en la costa del Mar de Azov, está rodeada de las fuerzas rusas, que bombardearon la ciudad pese a promesas de alto el fuego para permitir la evacuación de civiles.
Zelenski condenó el ataque y lo tachó de «atrocidad». El primer ministro británico, Boris Johnson, denunció por su parte el «inmoral» ataque. «Pocas cosas hay más inmorales que atacar a los vulnerables e indefensos», tuiteó Johson.