El papa Francisco considera que «poner a los jóvenes en contra de los ancianos es una manipulación inaceptable», según indica en su mensaje para la IV Jornada Mundial de los Abuelos y Ancianos, que se celebrará el próximo 28 de julio, difundido este martes por el Vaticano. «La contraposición entre las generaciones es un engaño y un fruto envenenado de la cultura de la confrontación», añade el pontífice, que lamenta que «hoy en día está muy extendida la creencia de que los ancianos hacen pesar sobre los jóvenes el costo de la asistencia que ellos requieren».

Esta visión de que los mayores «quitan recursos al desarrollo del país y, por ende, a los jóvenes», añade, es «una percepción distorsionada de la realidad», como si «para favorecer a los jóvenes fuera necesario descuidar a los ancianos o, incluso, eliminarlos». «La soledad y el descarte de los mayores no son casuales ni inevitables, son más bien fruto de decisiones -políticas, económicas, sociales y personales- que no reconocen la dignidad infinita de toda persona», asevera.

Francisco, un defensor incansable del valor de los ancianos en la sociedad, denuncia que «esto sucede cuando se pierde el valor de cada uno y las personas se convierten en una mera carga onerosa», y «lo peor» es cuando «los mismos ancianos terminan por someterse a esta mentalidad y llegan a considerarse como un peso, deseando ser los primeros en hacerse a un lado».  Todo esto sucede en un contexto en que «las pertenencias comunes están en crisis y se afirman las individualidades» y «son muchas las mujeres y los hombres que buscan la propia realización personal llevando una existencia lo más autónoma y desligada de los demás que sea posible». (Andina)

ycq.