Considerada la segunda ciudad más importante del Perú, Arequipa posee una vasta historia que se remonta a tiempos preincas y que luego de su fundación española, el 15 de agosto de 1540, empieza a escribirse con protagónicos acontecimientos que han construido su sólida identidad cultural y han contribuido notablemente a su progreso y al del país. Vea aquí la galería fotográfica

Origen del nombre Arequipa

Una leyenda cuenta que el inca Mayta Cápac recibió una petición de sus súbditos al llegar al valle del río Chili. Estos le solicitaban el permiso de quedarse en la comarca para poblarla, pues quedaron maravillados por la belleza del paisaje y la suavidad del clima. A esta demanda el inca respondió “Ari qipay” o “Are quepay”, expresión quechua que significa “Sí, quédense”.

Otra versión sobre el origen del nombre de la ciudad se atribuye al sacerdote y cronista español Blas Valera y recogida por Garcilaso de la Vega, quien sostiene que el origen del nombre Arequipa proviene de una antigua voz aimara: “Ari qquepan” o “Are quepa”, expresión que en castellano significa “trompeta sonora”. Dicha versión sostiene que los habitantes locales llamaban así a un caracol marino cuya caparazón se utilizaba, de manera similar al “pututo” de los incas como trompeta en rituales de gran solemnidad y enfrentamientos bélicos.

Otra etimología sobre Arequipa, expuesta por el historiador Ernst Middendorf toma en cuenta el hecho que la región recibió un intenso poblamiento de poblaciones de origen altiplánico y que el nombre proviene de la expresión aimara “Ari qhipaya” o “Ariq quipa”, de “ari” (agudo, filoso o puntiagudo) y “qhipaya” (detrás), palabras que unidas significarían “detrás del pico”, haciendo referencia al volcán Misti, que domina el horizonte arequipeño.

Fundación española

La ciudad de Arequipa fue fundada el 15 de agosto de 1540 con el título de “Villa hermosa de Nuestra Señora de la Asunta”, en nombre del marqués Francisco Pizarro. Un año después, el 22 de setiembre de 1541, el monarca Carlos V mediante Cédula Real dispone que se le cambie el título original por el de “Ciudad de Arequipa”.

El 7 de octubre de 1541, el monarca español le otorgó a la ciudad de Arequipa su escudo de armas. En este se representaba al volcán Misti, los árboles y el río Chili. Además, lleva inscrita la figura de un león que simboliza el valor y el espíritu combativo de su población. En 1575, el virrey Francisco de Toledo, en atención a la fidelidad a la corona demostrada por los arequipeños, le confirió el título de “Muy noble y muy leal ciudad”, confirmado por los reyes Felipe II y Felipe III.

Época colonial y virreinal

Durante la época colonial y virreinal Arequipa alcanzó un estatus económico muy importante gracias a su prodigiosa ganadería, gracias a las vacas y bueyes traídos por los conquistadores, y la agricultura, gracias a la aclimatación exitosa de cultivos como la vid y el olivo, iniciándose en corto tiempo una próspera producción de vinos y aguardientes de uva, así como de aceite de oliva, sobre todo en la zona de Yauca. Con el descubrimiento y aprovechamiento del sillar, piedra de origen volcánico cuyo color le confiere el nombre de Ciudad Blanca, en las diversas construcciones, la urbe empezó a adquirir su característico aspecto, edificándose majestuosas casonas de haciendas, hermosos templos católicos y monumentales conventos y claustros religiosos como el de Santa Catalina.

Las autoridades arequipeñas de entonces supieron también aprovechar de su estratégica localización en la ruta de transporte de plata extraída de las minas de Potosí, para lograr un próspero desarrollo económico. Esta posición privilegiada le permitió acumular funciones administrativas, comerciales e industriales, y forjar clases sociales locales comprometidas con el porvenir de la ciudad.

Emancipación

Arequipa fue cuna del jesuita criollo Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, nacido el 26 de junio de 1748 en Pampacolca y reconocido como primer precursor ideológico de la independencia americana. Permaneció en Arequipa y el Perú hasta 1767, cuando la orden religiosa fue expulsada del continente americano por orden del rey Carlos III. 

Tras su expulsión, Vizcardo y Guzmán residió en Italia y Francia. En este último país escribió, en 1792 su célebre “Carta a los españoles americanos”, en la que se instaba a luchar contra la opresión española y construir una patria soberana. Este documento sirvió de inspiración a muchos de los próceres que combatieron por la independencia en América.

Independencia y República

Tras la proclamación de la independencia, en 1821, y el triunfo decisivo del ejército patriota en Ayacucho, en 1824, que puso fin al dominio español en Perú y Sudamérica, Arequipa aportó a la naciente República notables políticos liberales como el clérigo y político Francisco Javier de Luna Pizarro, presidente de los Congresos Constituyentes de 1822, 1828 y 1834; y el clérigo y bibliotecario Mariano José de Arce, primer director de la Biblioteca Nacional del Perú, cuya ideología republicana y antimonárquica se manifestó con una firme oposición a los proyectos políticos de los libertadores José de San Martin y Simón Bolívar sobre el destino político del Perú.

Capital Jurídica del Perú

Arequipa es considerada la “Capital Jurídica del Perú” y es la sede oficial del Tribunal Constitucional desde 1979. Cada cierto tiempo se celebran allí sesiones del pleno del máximo garante de la Carta Magna.

Patrimonio de la Humanidad

En todo el centro histórico de la ciudad de Arequipa se pueden apreciar notables edificaciones hechas con sillar cuyo excelente estado de conservación le valieron a este núcleo urbano de la ciudad de Arequipa el reconocimiento de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, el 2 de diciembre del 2000.

Dama de Ampato

Otro de los hitos históricos de Arequipa es el hallazgo de la Dama de Ampato, más conocida como la “momia Juanita”. Se trata del cuerpo momificado de una adolescente, de 12 o 14 años, enterrada en la época Inca, que fue encontrada en excepcional estado de conservación en la cima del volcán nevado de Ampato por el andinista Miguel Zárate, el arqueólogo José Chávez y el antropólogo Johan Reinhard, el 8 de setiembre de 1995.

Ciudad creativa en gastronomía

La gastronomía es, sin duda, uno de los principales motivos de orgullo de los arequipeños. Es el resultado de una formidable herencia ancestral, expresada en insumos y técnicas de preparación que se remontan a tiempos preincas y que fue enriquecida con el aporte de la cocina europea desde la conquista española. (Andina)