El foco infeccioso de la contaminación en la cuenca Ramis se concentra en el distrito de Ananea, provincia de San Antonio de Putina. En esta zona es donde hay más motobombas, máquinas que usan los mineros ilegales e informales para separar las chispas de oro de la tierra, y los desechos son tirados al agua.

«Por años hemos aguantado tanta contaminación, ahora queremos proyectos productivos para recuperarnos de las muertes de nuestros animales”, dijo el líder agropecuario Juan Villa, hace dos años. Un discurso que desde entonces se ha repetido varias veces; pero, que no escucha el Estado.

Además, se busca concretar una interdicción militar en el sector de Ancocala, provincia de Sandía, donde opera una gran parte de la minería ilegal e informal. A propósito, el Gobierno Regional de Puno anunció, en el 2021, que estaba encaminando su labor para conseguir remediar la contaminación de la cuenca Ramis; pero, esta continúa hasta la actualidad. (F.B.R)

R.G.Q