Un análisis concienzudo acerca de nuestra realidad económica en Latinoamérica lo hizo conocer Germán Niño, del grupo de trabajo de economías transformadoras, LATINDADD que es una red latinoamericana enfocada en temas de justicia social y económica, además de reflexionar sobre los cambios y desafíos de la región a lo largo de 25 años.

Dentro de una evaluación muy válida que conecta con un problema estructural en las economías globales, el experto destaca “la creciente desigualdad en la distribución de la riqueza, explicando que este fenómeno, que se intensificó durante la pandemia, donde la riqueza de los multimillonarios creció de manera significativa en muchas regiones, mientras millones de personas cayeron en la pobreza».

Ello puso de manifiesto cómo los sistemas económicos actuales tienden a beneficiar desproporcionadamente a las grandes corporaciones y a las personas más ricas, mientras que las clases medias y bajas enfrentaron las mayores dificultades.

Germán Niño, reflexionando sobre problemas de justicia social y económica, en particular sobre la creciente desigualdad en la región y los esfuerzos internacionales para abordarla, «mencionó la reunión del grupo conocido G-20, que recientemente se realizó en Río de Janeiro y que propuso medidas expresas, como implementar impuestos a los multimillonarios, reflejando una tendencia global de abordar la desigualdad económica como un problema estructural y no solo sectorial».

Este tipo de medidas, dijo Niño, «busca redistribuir recursos y reducir las brechas entre sectores ricos y vulnerables. Sin embargo, implementar estos impuestos presenta desafíos prácticos, como la resistencia de élites económicas, problemas de evasión fiscal y la necesidad de garantizar que esos ingresos se canalicen hacia políticas públicas efectivas».

Todo ello se explica por un crecimiento económico desmedido y la explotación de recursos naturales, que viene llevando a consecuencias severas como el cambio climático, que es una de las mayores amenazas de nuestro tiempo y sus impactos no solo afectan el medio ambiente, sino también la estabilidad económica y social a nivel global y la pérdida de biodiversidad, se deben adoptar economías más sostenibles que integren la justicia social y la protección del medio ambiente como pilares fundamentales.(FB)