En el marco de un país en recesión económica, la presidenta de la República, Dina Boluarte, solicitó al Congreso de la República la autorización para viajar —del 1 al 4 de noviembre— al extranjero por cuarta vez, esta ocasión a la ciudad de Washington D. C. para participar en la cumbre inaugural de líderes de la Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica (APEP), organizada por el Gobierno estadounidense.
Esta sería su carta salida de la nación en menos de un año de gestión, sus 3 desplazamientos oficiales anteriores le generaron un costo al Perú de casi un millón de soles.
Su primer viaje oficial, tras aprobarse la herramienta de la presidencia remota (Ley 31810), fue a Brasil para participar en la IV Reunión de Presidentes de los Estados Parte en el Tratado de Cooperación Amazónica, del 7 al 9 de agosto. La asistencia de la mandataria al evento, organizado por su homólogo Lula da Silva, originó un presupuesto que asciende a más de S/230.000 para trasladar a la comitiva presidencial, de acuerdo con el informe publicado por La República en aquella oportunidad.
Este cuantioso monto, presupuestado por el Estado, responde a un estimado que realizó el Gobierno para financiar los vuelos y los viáticos de la comitiva que acompañó a la presidenta Dina Boluarte. Entre las personas que fueron incluidas, se encontraban una ministra de Estado, altos funcionarios, empleados de la Comitiva Oficial de Avanzada y de la Comitiva Oficial del Despacho Presidencial; así como personal FAP y, finalmente, trabajadores de IRTP para garantizar la cobertura de lo que fue la participación de la jefa de Estado en los eventos oficiales en Brasil. (LR)