A un mes de la puesta en funcionamiento del Centro de Atención y Aislamiento Temporal (CAAT) de Juliaca, un total de 3,200 raciones de alimentos ha distribuido el Proyecto Legado a sus pacientes hospitalizados con COVID-19 y personal de salud que presta servicios.

Las raciones distribuidas comprenden el periodo desde el 26 de septiembre al 27 de octubre y abarcan las tres comidas más importantes del día como son el desayuno, almuerzo y cena, las mismas que cuenta con un estricto protocolo de salubridad y un proceso de calidad bajo el control de DIGESA.

Para la elaboración de estos alimentos, se prepara nueve tipos de dietas que cubren todos los requerimientos calóricos y nutricionales de los pacientes. Entre ellas se encuentran, las dietas blandas, hipoglucidas, hiposódicas, licuada, liquida, traumática y traumática hipoglucida.

Además, dentro de estas dietas está considerada los productos bandera de la región y de la zona andina del país como la quinua, papa, chuño, maíz, api entre otros. Estos productos son utilizados en dietas para pacientes que no tienen restricción.

Para brindar este servicio de alimentación, el Proyecto Legado trabaja con personal especializado que labora en el CAAT Juliaca, quienes cumplen labores específicas, así como se encargan de supervisar el servicio que brinda la empresa proveedora de alimentos.  Dentro de ellos, destaca al supervisor de calidad, supervisora de operaciones, supervisora del servicio de alimentación, técnico en nutrición y personal de limpieza.

“Nosotros tenemos todos los equipos e instrumentos necesarios para realizar los controles que garanticen una alimentación adecuada. Entre estos, podemos mencionar, el control de la temperatura de los productos y el control del correcto envasado y sellado de los alimentos para que cumplan con la inocuidad hasta llegar a cada paciente”, manifestó el supervisor de calidad e ingeniero en alimentos José Tula.

Por su parte Miriam Esquivel supervisora de operaciones y nutricionista que labora en el CAAT señaló que “Todo el proceso se lleva con un perfil de inocuidad que hace de que el alimento sea libre de sustancias toxicas para el paciente o que no tengan ningún tipo de deterioro”.

A su turno, Susan Boza, supervisora del servicio de alimentación y nutricionista señaló que “la alimentación y nutrición de un paciente es fundamental porque de cierta forma es un arma para poder luchar contra este virus que tanto daño está haciendo”.

Recordemos que, dentro de los servicios no asistenciales a cargo del Legado, además de brindar la alimentación se encarga de administrar la limpieza y desinfección, lavandería, seguridad y vigilancia, así como la gestión de residuos hospitalarios.

Como se sabe el Centro de Atención y Aislamiento Temporal de Juliaca entró en funcionamiento el 26 de septiembre y cuenta con 50 camas hospitalarias cada una con capacidad autónoma de oxígeno las 24 horas.