Un año después de la caída del mandatario izquierdista Evo Morales, su delfín Luis Arce asumió este domingo como nuevo presidente de Bolivia prometiendo un gobierno “para todos y todas”, con el desafío de cerrar las heridas políticas y superar la crisis económica.

Arce sucedió a la mandataria interina derechista Jeanine Áñez para un periodo de cinco años, lo que marcó el retorno al poder del Movimiento al Socialismo (MAS), liderado por Morales, quien regresará al país el lunes desde su exilio en la vecina Argentina.

El vicepresidente aymara David Choquehuanca, investido previamente en el cargo, fue el encargado de tomar juramento al nuevo mandatario ante la presencia de los nuevos parlamentarios e invitados especiales como el rey Felipe VI de España y los presidentes de Argentina, Colombia y Paraguay.

Con la mano derecha a la altura del corazón el nuevo mandatario respondió con un “Sí, juro”. Luego él y el resto de asistentes a la ceremonia entonaron el himno nacional.

Como delfín de Morales, Arce ganó las elecciones del 18 de octubre en primera vuelta con un contundente 55% de los votos, más de 26 puntos por encima de su principal rival, el centrista Carlos Mesa.

“Iniciamos una nueva etapa en nuestra historia y queremos hacerlo con un gobierno que sea para todos y todas sin discriminación de ninguna naturaleza. Nuestro gobierno buscará reconstruir nuestra patria en unidad para vivir en paz”, declaró Arce en su discurso tras ser juramentado por su vicepresidente, David Choquehuanca.

“Nos comprometemos a rectificar lo que estuvo mal y a profundizar lo que estuvo bien”, agregó.

Arce trazó un duro diagnóstico del gobierno de la presidenta interina Jeanin Áñez. “Bolivia fue escenario de una guerra sistemática contra el pueblo y contra los más humildes. Los dos objetivos del gobierno de facto -pacificación y llamado a elecciones- no se cumplieron, recrudeció el racismo y se usó la pandemia para prolongar un gobierno ilegítimo”, dijo el nuevo presidente boliviano.

“Una inmensa mayoría plurinacional enfrentó el peligro de la proscripción. Se estigmatizó a campesinos y obreros. Se quemó nuestra wiphala. Desde sectores minoritarios de la población se quería una democracia solo para unos pocos”, dijo Arce.

Por otra parte, el mandatario hizo un llamado a dejar a un lado las divisiones. “Como diría Marcelo Quiroga Santa Cruz, aquel líder socialista asesinado en otro golpe de Estado en 1980, no es el odio lo que impulsa nuestros actos sino una pasión por la justicia”, dijo.

Luego, Arce se refirió al programa de su gobierno, haciendo especial hincapié en la recuperación de la economía. “Vamos a profundizar en nuestro gobierno: la redistribución, los bonos. Vamos a trabajar para recuperar los niveles de crecimiento que el gobierno de facto hizo añicos”, prometió.

“Hay quienes han argumentado que la situación actual es producto del covid-19. Pero echarle la culpa a la pandemia de esta situación no es correcto”, fue el diagnóstico del ex ministro de economía de Morales. “Hoy nuestra economía está en medio de una recesión profunda. Nuestro país pasó de liderar el crecimiento de Latinoamérica a presentar la caída más fuerte en los últimos 40 años”.

“Tenemos grandes proyectos que vamos a poner en marcha en los próximos meses. Nuestra patria hoy más que nunca requiere sincronización entre sector público y privado”, agregó. “Nos vamos a enfocar a un solo objetivo: el vivir bien de todos los bolivianos”.

En cuanto a sus programas en el escenario internacional, Arce afirmó que la intención de su gobierno es «trabajar para un mundo multipolar”.

“Asumimos hoy más que nunca la igualdad de los pueblos. Apostamos por una integración emancipadora”, dijo.

“Querido pueblo de Bolivia estoy frente a todos ustedes con mucha emoción, pero con un enorme sentido de responsabilidad que nace del amor que tengo a nuestra patria”, dijo Arce en la parte final de su discurso, de unos 20 minutos. “Asumo la presidencia con mucha humildad, con mucha honra y con mucho agradecimiento por la confianza depositada en nosotros”.

“Queremos ser recordados como el gobierno en el que el pueblo boliviano se levantó para recuperar la democracia, la paz, la dignidad, el crecimiento y la justicia social”, agregó. Asimismo, prometió que “venceremos a la pandemia, porque somos un pueblo luchador”.

“Por mandato de ustedes asumo con mucha humildad y responsabilidad», finalizó Arce. «Miro al pasado, a todo lo que vivimos y superamos. Levanto mis ojos y veo que una mejor Bolivia es posible con el trabajo de todos bolivianos”.

La ceremonia de traspaso se realizó en la mañana en el Congreso boliviano. Tras su juramentación, el flamante mandatario se dirigió caminando al Palacio Quemado, la sede de gobierno, situado en diagonal al edificio del Legislativo, también frente a la Plaza Murillo de La Paz.

Arce también presidirá un desfile de destacamentos del Ejército, la Fuerza Aérea, la Armada y la Policía, y luego recibirá los saludos de los jefes de Estado visitantes y de otros enviados oficiales. (Infobae)

R.C.M.

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