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Hojuelas de quinua, es el producto que Hermelinda Llanqui, de 38 años, madre usuaria del programa Juntos, adscrito del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), procesa y vende para el sustento familiar. Es el emprendimiento que la ha convertido en una de las pioneras en la producción y transformación de este grano andino.

Ella tiene dos hijos, Eliana Laura quien está terminando quinto de secundaria, y  Euoain quien está en el nivel primaria.

Hermelinda contó que al inicio no tenía dinero para iniciar con este emprendimiento de procesar la quinua. “Sin embargo, parte del incentivo económico que me entregaba el programa Juntos lo destiné para mi negocio, los abonos que recibía por enviar a la escuela y colegio a mis hijos me ayudaron bastante”.

Esta madre coraje aprendió el valor nutritivo de la quinua gracias a su abuelo José Ticona. Ahora, además de cultivarlo y cosecharlo, ella lo procesa gracias a la asistencia técnica e interactuando con mujeres emprendedoras de su distrito de Paucarcolla.

“Se selecciona y clasifica la quinua, se lava, se seca, luego se procesa y finalmente lo embolso para venderlo en hojuelas y harina, en la feria de los sábados entre el Jirón Juli con Jirón Carabaya en la ciudad de Puno”, agregó.

Pero eso no es todo, Hermelinda cultiva hortalizas en el biohuerto que implementó en su casa. Tiene zanahorias, pepinillo, cebolla, lechugas, tomates entre otros productos que destina para la alimentación de su familia y, en ocasiones, los vende a los pobladores de su comunidad.

Todo su esfuerzo ha valido la pena, ya que su mayor satisfacción es ver a su hija Eliana Laura terminando la educación secundaria. Ella quiere ser abogada y enfermera para ayudar a los que más lo necesitan. Euoain, el pequeño de la casa sigue los pasos de su hermana para ser un buen ciudadano y profesional.

E.C