Marcela Castillo sabe que en el deporte las revanchas siempre son latentes. Ella espera paciente la suya que será convertirse en campeona mundial de taekwondo (poomsae), galardón que estuvo a un peldaño de alcanzar en el 2016. Esta es su más grande motivación para seguir luchando.

El valor de la perseverancia pinta de cuerpo entero a Marcela, quien aprendió a sacar tiempo de donde no hay para desarrollar sus dos pasiones: convertirse en una deportista ejemplar y en una ingeniera industrial. Encarna a aquellas personas que cuando apuntan a sus objetivos lo logran a base de constancia y deseos de triunfar. 

Se graduó en el 2016 y, con esa fuerza que la caracteriza, obtuvo el subcampeonato en el Mundial de Taekwondo Poomsae, en la categoría sénior femenino. Su empuje y determinación la llevaron después a conseguir la medalla de plata en los Juegos Panamericanos Lima 2019.  

“Supe priorizar mi tiempo y me llena de orgullo saber que mi vida sirve de inspiración para más jóvenes que comparten su tiempo entre las aulas y el deporte. Le entregué todas mis energías al taekwondo. Fue un camino largo y difícil, pero la recompensa es más grande”, manifestó la deportista nacional. 

Aunque la pandemia le arrebató la posibilidad de participar en el Mundial de Taekwondo Poomsae de Dinamarca, en mayo del año pasado, Marcela Castillo continúa preparándose para asumir más retos. 

“Fui a Corea para prepararme con miras al Mundial. Las fronteras se cerraron y estuve cerca de cuatro meses lejos de mi país. Sin embargo, nunca perdí la fe y tampoco dejé de prepararme”, manifestó. 


Punto de quiebre

Pero el nombre de Marcela también se escribió en la lista de los exponentes nacionales ganadores en los Juegos Panamericanos Lima 2019, certamen que significó un punto de quiebre en su carrera deportiva, porque la obtención de la medalla de plata fortaleció su mentalidad. Desde ese momento supo que podía alcanzar todo lo que se propusiera.  

“Lima 2019 fue una experiencia grande, más grande de lo que había imaginado. Tenemos infraestructura de primer nivel. Realmente, no tenemos nada que envidiar a otros países de primer mundo. Se nota que todo se mantiene en favor de los deportistas. Es un lujo y eso nos motiva a entrenar más”, destaca. 

Poner en vitrina al taekwondo poomsae y ser considerada una de las mejores del mundo fue un gran reto para Marcela Castillo. Sin duda, nada de esto lo hubiera podido conseguir sin el apoyo de su familia. 

“Ellos estuvieron en los buenos y en los malos momentos. Me apoyaron mucho a lo largo de estos años. Gracias a ellos he podido lograr todo lo que me propuse”, asegura la exponente, de 27 años, quien no parará hasta convertirse en la mejor del mundo. 

Mientras llega ese momento, su tiempo transcurre entre su trabajo, los cursos de su especialización y los entrenamientos arduos. 

(FUENTE: Agencia Andina)