Con la aprobación de la bicameralidad, la eliminación de las elecciones primarias y el retorno del voto preferencial los actuales congresistas pretenden asegurar la reelección a perpetuidad. Sin embargo, la pieza clave para cerrar el círculo de este plan siniestro sigue siendo el secuestro de los organismos electorales.
Vuelve a la carga la coalición de la reelección y de la impunidad liderada por el fujicerronismo. No les bastó aprobar la bicameralidad para reelegirse indefinidamente, sino que también se han tirado abajo las elecciones primarias, con la clara intención de ser elegidos a dedo en las próximas elecciones.
El plan no es quedarse sólo hasta el 2026, sino que pretenden prolongar su estadía en el Congreso de manera indefinida. Cada paso que dan forma parte de un andamiaje perfectamente calculado. No hay marcha atrás, la decisión está tomada.
Están arrasando con todo aquello que signifique una traba que impida lograr su infame propósito.