El historiador René Calsín, ofreció testimonios inéditos al recordar los sucesos del 4 de noviembre de 1965 en Juliaca, con detenidos y asesinados por la policía de asalto en ese entonces. Mientras en Puno, el 4 de noviembre, se celebraba el aniversario de la ciudad con la presencia del ministro del Interior, en Juliaca se iniciaba una importante jornada de protesta.

«Desde la medianoche de ese mismo día, una detonación en el cerro Huaynarroque anunciaba el inicio de once jornadas de lucha convocadas por el pueblo y diversas organizaciones sociales. La población protestaba por la falta de servicios básicos, la paralización de obras de infraestructura, el abandono del parque industrial, el mal estado de la pista Juliaca–Huancané, entre otras demandas». señala el historiador

Esta movilización cobró especial fuerza porque, mientras en otras provincias del departamento se ejecutaban grandes proyectos, en Juliaca —a pesar de ser una de las ciudades más importantes de la región— no se concretaban obras significativas.

Incluso se tomaron medidas inusuales durante esas jornadas. Por ejemplo, «se prohibieron las movilizaciones y se dispuso la presencia de las guardias de asalto. Ante ello, las mujeres juliaqueñas idearon una forma ingeniosa de protestar: salieron solas, vestidas de negro, en lo que se conoció como la “Marcha del Silencio”, un hecho simbólico y profundamente emotivo» enfatiza Calsín Hancco

Fueron once jornadas de lucha que dejaron, oficialmente, cinco fallecidos y numerosos heridos. En aquel entonces, ejercía como subprefecto accidental Vicente Torres Juárez, hermano del historiador Dionisio Torres Juárez.

Tuve la oportunidad de conversar con él en varias ocasiones. Lo conocí desde que ambos estábamos en Arequipa —yo también estudiaba allí— y guardo valiosas entrevistas que sostuvimos. En una de ellas, me dijo textualmente, refiriéndose a los hechos:

“Oficialmente dicen que fueron cinco muertos, pero en realidad fueron más. Se conocieron otros casos que nunca se registraron.” concluyó el relato

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