La brutal agresión que sufrió el viernes en la tarde, Fermina Pandia Laura, a manos de policías que despejaban una pista bloqueada, ha enfurecido aún más a los comerciantes de los mercados, en especial a las mujeres, que anunciaron una marcha de solidaridad el día lunes.

Tienen programado una protesta frente a la Comisaría de Puno, para exigir a los altos mandos, cuál es la sanción impuesta a los policías que golpearon a la mujer tendida en el piso. Ella terminó con la cabeza rota, causada por un objeto contundente, al parecer el mazo que usan los uniformados antimotines.

Doña Fermina es una luchadora que se gana la vida para alimentar a nueve menores: 7 hijos y 2 sobrinos que se hizo cargo desde que sé que se quedaron huérfanos. Otra vendedora, de nombre Rosa, aseguró que desde el lunes se retoma el paro indefinido, y que lo harán más drástico cada día. Dentro de semana, el miércoles es cierre total las 24 horas en el Unión y Dignidad.

Refirió que los comerciantes del emporio más grande de la ciudad, seguirán colaborando con las delegaciones que acudan a la capital, tal como ocurrió el fin de semana que partieron de Acora, Juli y la zona sur. «Los policías no se pueden abusar así. No sé qué pasa, no sienten que pueden estar haciendo a su madre, no les sienten nada esos policías», fustigó a los agresores de Fermina.

Aquel día, como todos, acudió al punto donde se bloquea todos los días (antes de llegar al grifo de Yanamayo), y cuando vio a los policías intentó filmar la represión policial, y su delito fue gritar y soltar arengas (derecho de opinión). La cogieron y ella se resistió estoicamente, luego la redujeron a golpes, como se observa en videos. Fue arrastrada y subida ensangrentada al patrullero, se rehusó a que la lleven al hospital y condujeron a Seguridad del Estado, donde permaneció más de 7 horas. Ayer la vimos, adolorida y lesionada, pero con más rabia a sus atacantes. (Sin Fronteras)

R.C.M.

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