
La frontera entre Perú y Bolivia se ha convertido en una zona vulnerable para redes criminales dedicadas a la trata de personas, especialmente de menores de edad. Ante esta situación, el director de la Oficina Desconcentrada del Ministerio de Relaciones Exteriores en Puno, Luis Amadeo Luna De la Cruz, anunció una alianza interinstitucional binacional para enfrentar este delito. La estrategia contempla acciones conjuntas entre fuerzas de seguridad, fiscalías y ministerios públicos de ambos países.
Luna De la Cruz señaló que el delito de trata de personas tiene una naturaleza transnacional, lo que exige un enfoque coordinado. En el caso de Perú, la responsabilidad principal recae en el Ministerio del Interior, mientras que la Cancillería participa a través de su oficina de asuntos consulares. Uno de los principales objetivos es armonizar los procedimientos operativos entre ambos países, que actualmente presentan diferencias y dificultan la persecución efectiva de los grupos criminales.
En la región de Puno se ha registrado un aumento en las actividades delictivas vinculadas a la trata de personas, situación que, según las autoridades, está estrechamente relacionada con la minería ilegal en zonas fronterizas. Luna De la Cruz indicó que esta actividad ilícita genera condiciones que favorecen la explotación humana, lo cual refuerza la necesidad de una respuesta articulada entre Perú y Bolivia. (R.A.)