El fujicerrodinismo, una putrefacta costra política liderada por Keiko Fujimori, es un régimen que apenas cuenta con una aprobación que oscila entre el 5 y el 4%. Tal parece que no solo es la siamesa del dictador Nicolás Maduro, sino que además comparten la misma alma negra que los motiva a destruir, sin ningún propósito más que el odio y la venganza, dos países que en otrora fueron prósperos. Venezuela tiene hoy más del 50% de pobreza, mientras que en el Perú este indicador alcanza ya el 30% y no hay señales de mejoría.
“Un país que viene sufriendo la erosión de sus instituciones democráticas, donde los ciudadanos han visto cómo sus derechos y libertades se desvanecen ante un régimen que a través de la violencia busca perpetuarse en el poder. Es nuestro deber, como representantes de la nación, condenar la represión que sufre el pueblo… Es inadmisible que cualquier gobierno utilice la fuerza para silenciar la voz de la oposición y mantener un control absoluto, ignorando el clamor de su propio pueblo, por el cambio, la justicia y la libertad.”