El emblemático lago Titicaca enfrenta una de sus peores crisis hídricas, con un descenso de su nivel de agua que alcanza los 85 centímetros, superando récords históricos. Esta situación alarmante, atribuida al cambio climático y a la prolongada sequía, está generando un impacto directo en la actividad turística de la región de Puno.
Lancheros de la zona han reportado que el agua continúa retrocediendo día a día, obligándolos a realizar constantes modificaciones en las instalaciones del puerto muelle de Puno. A pesar de haber extendido la plataforma de embarque en 11 metros, esta medida resulta insuficiente para garantizar la operatividad de las embarcaciones, las cuales sufren daños frecuentes en sus motores y hélices al intentar navegar en aguas cada vez más someras.
Richard Porcela Chalco, presidente de la Asociación de Lancheros del Puerto Muelle de Puno, expresó su profunda preocupación ante esta situación, señalando que la crisis podría agravarse en las próximas semanas, alcanzando un descenso de más de un metro en el nivel del lago. «Necesitamos dos plataformas más para poder operar con normalidad, especialmente considerando la proximidad de las festividades de La Candelaria», afirmó.
La Dirección Regional de Transportes de Puno se enfrenta a un desafío adicional, ya que la falta de una embarcación especializada dificulta las tareas de mantenimiento y limpieza del puerto. Esta situación ha generado tensiones con la Marina de Guerra, que exige el cumplimiento de rigurosos requisitos documentales para autorizar cualquier tipo de intervención en el lago.
La crisis en el Titicaca pone de manifiesto la urgencia de implementar medidas a corto y largo plazo para mitigar los efectos de la sequía y proteger este valioso ecosistema. Expertos advierten que la disminución del nivel del lago no solo afecta al turismo, sino también a la biodiversidad y a las comunidades locales que dependen de sus recursos.