Las cuatro principales industrias de fibras naturales de origen animal en el mundo (alpaca, cachemir, mohair y lana) se unieron en alianza para responder a los grandes desafíos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, promover la sostenibilidad, impulsar la aplicación de la tecnología en sus procesos y fortalecer las buenas prácticas en toda la cadena de valor de la producción.
En ese contexto, la Asociación Internacional de la Alpaca-AIA, en alianza con Mohair South Africa (Mohair), The Schneider Group/Wool Connect (Lana) y The Sustainable Fibre Alliance, SFA (Cashmere) organizaron, en formato virtual, la primera edición de Natural Fibre Connect (NFC), una conferencia internacional destinada a generar consenso en las cuatro industrias, identificar soluciones a desafíos comunes y resaltar la perspectiva de los productores; y que permitió conectar a todos los actores involucrados, intercambiar conocimientos, puntos de vista y sumar esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
El objetivo principal del evento, según Juan Pepper, presidente de la Asociación Internacional de la Alpaca (AIA), fue colaborar y defender a las fibras naturales en el sector textil: “Tenemos que proteger el futuro de la demanda y oferta de las fibras naturales”, indicó, tras señalar que solo en el caso del Perú, la industria de la alpaca, nuestro producto bandera, a lo largo de toda su cadena de valor involucra a más de 150,000 familias, que va desde la crianza, transformación, confecciones y artesanía textil.
El Perú posee una población estimada de 5 millones de alpacas, lo cual equivale a poco más del 70 % de la población mundial del camélido; siendo las regiones de Puno, Cusco, Arequipa y Huancavelica las que concentran la mayor cantidad de ejemplares.
Hace décadas, la calidad de la alpaca se medía por la finura de su fibra o por el porcentaje del contenido de dicha fibra en la prenda; luego aparecieron otros criterios de calidad, como el factor de confort (que la prenda no pique), algunas preferencias por los colores naturales, o que la prenda sea liviana, etc. Hoy en día el nuevo consumidor es más consciente y exigente. En este proceso la sostenibilidad y la trazabilidad del producto son también los grandes retos de la industria.
Algunos de los comentarios de los expertos señalan que una de las grandes interrogantes sigue siendo que no haya una definición concreta de sostenibilidad. Lo que sí se debe fortalecer es lograr identificar más indicadores y herramientas para medir el bienestar social y la sostenibilidad económica de un producto y de la cadena de valor que lo genera.
La propuesta es que los productores puedan trabajar con la academia para definir indicadores que puedan medir la sostenibilidad desde criterios más amplios que solo la dimensión ambiental. El trabajo en conjunto permitirá que la visión no sea sesgada. Además, tener criterios de sostenibilidad unificados ayudaría a combatir el «greenwashing» (lavado verde) erróneo en el que incurren muchas marcas, pues no basta con tener etiquetas o declaraciones que una prenda es “natural, ecológica o sostenible”, cuando en realidad no se puede demostrar la trazabilidad de los insumos que se utilizan.
El uso de la cadena de bloque «Blockchain» es un punto de apoyo a la trazabilidad para el sector; ahora mismo la aplicación de la Web 3.0 puede llevar al consumidor a un viaje por toda la cadena de valor del producto, generar interacción y experiencia sensorial; el uso del código QR en cada prenda con acceso al Metaverso permitirá generar una nueva experiencia al consumidor preocupado por el planeta.
La propuesta de NFC es lograr un mundo con más fibras naturales para el 2030, donde prevalezca una comunión entre los productores o criadores y la naturaleza. Estos conocen el momento adecuado de uso de pastos, y la práctica del sistema extensivo de crianza de ganado resulta muchos más ética, pues los animales crecen al aire libre en semi libertad.
El bienestar social es la primera etapa de la industria. Lograr que las fibras naturales sean reconocidas como el motor de las economías rurales forma parte de la dimensión cultural de la sostenibilidad, en este caso de quienes lo cuidan, los productores o criadores. El bienestar animal va de la mano con el bienestar social, ambas en conjunto, asegura las buenas prácticas, que serán reconocido por los compradores y la industria.
Por otro lado, los suelos cumplen su propio desempeño, por lo que se debe pasar del enfoque de producción al enfoque de la regeneración, que es una de las luchas más importantes contra la desertificación y una herramienta efectiva contra los fenómenos climáticos extremos. La agricultura regenerativa mejora la salud del suelo y del ecosistema.
Para acelerar esta transición regenerativa necesitamos de apoyo de los gobiernos a estas políticas, a través de regulaciones e incentivos. Enfocarnos en la salud de nuestros suelos como respuesta internacional al cambio climático teniendo a las tierras y los suelos como parte de la solución.
Avances en Perú
Entre los principales avances en cuanto a buenas prácticas y sostenibilidad en la cadena de valor de la alpaca, se tiene la Implementación y certificación de 380 unidades productivas con el Estándar Responsable de la Alpaca (RAS) al 2022, lo cual garantiza el respeto de los criterios de Bienestar Animal, Gestión de Tierras y Bienestar Social en los sistemas de crianza.
Por último, se informó que en la actualidad se cuenta con la culminación de dos estudios de Análisis del Ciclo de Vida de la Alpaca, a cargo de la Red de Ciclos de Vida de la PUCP, por encargo de Promperú; el protocolo de Bienestar Animal en Esquila desarrollado por la Universidad Politécnica de Madrid por encargo del Mincetur el 2021, y los estudios de Huella de Carbono y Eutrofización, en proceso de publicación a cargo de universidades peruanas.
El certamen internacional se desarrolló durante tres días, con sesiones en vivo y con la presencia remota de aproximadamente mil invitados a escala mundial entre ellos productores, procesadores, corredores, fabricantes, marcas, ONG y organizaciones gubernamentales involucradas en las industrias de la alpaca, cachemir, mohair y lana; se realizaron más de 40 charlas en línea, 5 paneles de discusión e incluyó una sala de exhibición virtual. (Andina)