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El descontento social no cede en Chile, que entra ya a su cuarto día de toque de queda en medio de multitudinarias protestas que han cobrado al menos 15 vidas, en rechazo a su modelo económico que alienta las brechas e inequidades en un país que se jactaba de su crecimiento hasta hace poco y hoy está sumido en un grave crisis. 

El mismo presidente Sebastián Piñera, un evidente cambio de tono respecto a sus intervenciones de los días previos, pidió perdón y anuncia las primeras medidas para enfrentar la crisis, como las mejoras en las pensiones, en el salario mínimo, en el precio de los medicamentos y tarifas eléctricas.

«Es verdad que los problemas se acumulaban desde hace muchas décadas y que los distintos Gobiernos no fueron ni fuimos capaces de reconocer esta situación en toda su magnitud. Reconozco y pido perdón por esta falta de visión».

En un paquete de medidas tendrá un costo de unos 1.200 millones de dólares, e incluye un ingreso mínimo garantizado para todos los trabajadores de jornada completa de 350.000 pesos mensuales (480 dólares). 

El Ejecutivo además se compromete a aportar la diferencia cuando el salario sea inferior a esa cifra. En paralelo, informó de un aumento a un 40% de los impuestos para las rentas sobre 8 millones de pesos mensuales (11.000 dólares), lo que implica una recaudación tributaria de 160 millones de dólares adicionales, explicó Piñera la noche de martes.

El presidente adelantó también la creación de un mecanismo de estabilización de las tarifas eléctricas, lo que permitirá anular la reciente alza de 9,2%. Los precios quedarán al nivel del primer semestre de 2019. En materia de salud, indicó que se ampliará el convenio entre el sistema público y las farmacias para reducir el precio de los medicamentos, que en Chile son muy caros, medida que beneficiará a unas 12 millones de personas.

En La Moneda habían adelantado que se alista una «agenda social» concreta que pueda ayudar a parar el conflicto, luego de que el presidente Sebastián Piñera se reunió con los líderes de los partidos políticos, para intercambiar opiniones sobre las medidas que se deben tomar para solucionar «los problemas del país», según reportó La Tercera.

Respecto a la cita palaciega, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, precisó que «valoramos enormemente esa decisión de poder participar en la búsqueda de soluciones y esa disposición de ver al país con sentido de altura y no partidista».

El titular de la Secretaría General de la Presidencia, Gonzalo Blumel, precisó que es «irreal esperar una respuesta definitiva, pero sí un puntapié inicial».

«Creo que es lo valioso de la reunión que hemos tenido. Una agenda de unidad, de cambios sociales para un país donde todos tengan mayor igualdad de oportunidades y seguridades que es lo que todos aspiramos (…)  Yo creo que la gente lo que fundamentalmente pide es hacernos cargos de temas fundamentales para ellos como el costo de vida, salud, servicios básicos, el tema de los ingresos, las pensiones. Eso es lo primero»