
El analista en temas relacionados con los delitos de narcotráfico y violencia adscritos a la Policía Nacional, Jaime Antezana en un breve análisis ha señalado, “lo que tenemos hoy es el colofón de un largo proceso que se ha venido gestando durante décadas. Esto comienza en la década de 1970, con los casos más sonados del narcotráfico en el Perú. Ya en ese entonces hubo policías involucrados en la protección de narcotraficantes muy poderosos, incluso en la década de 1960 ya se veían casos donde la policía estaba involucrada en proteger al narcotráfico”.
No era simplemente extorsión; también había robo de oro, robo de droga, y otras formas de corrupción. Estamos hablando de una situación que tiene al menos 60 años de historia, sostuvo Antezana.
Por lo tanto, expresó, “no podemos dejar la reforma policial en manos de la actual Policía Nacional del Perú (PNP), ni de quienes han sido cómplices o beneficiarios del sistema corrupto. Desde 2022, la descomposición institucional ha alcanzado un punto crítico, con ministros como Santibáñez, que actuaban como matones, o el actual ministro, que parece una momia, pues no habla ni actúa”.

Finalmente sostuvo “ellos protegen la extorsión, brindan cobertura expresa a miembros del crimen organizado sin ningún reparo. Por eso, la exigencia de una reforma policial no solo es legítima, sino urgente. La cuestión es: ¿en manos de quién estará esa reforma? Porque lo que está en juego, esta reforma será controlada por la delincuencia y la corrupción o por las fuerzas democráticas del país” concluyó.
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