Mientras la ciudad de Juliaca celebraba el Día de la Madre, un recorrido realizado por La Decana en el barrio Cerro Colorado reveló una realidad conmovedora: numerosas madres de familia se encontraban trabajando arduamente, demostrando que, para muchas, la necesidad de llevar el sustento al hogar prevalece incluso en esta fecha especial.

Las imágenes captadas mostraban a mujeres en diversos trabajos, desde la venta de productos hasta otras actividades económicas. En sus propias declaraciones, la razón era clara y contundente: “Hay que trabajar si no hay dinero para llevar a la casa”. Esta frase, repetida por varias de ellas, resume la dura realidad que enfrentan muchas madres trabajadoras en la ciudad.

En medio de la jornada laboral, algunos ciudadanos se acercaban a expresar su reconocimiento. Uno de ellos, mientras compraba «tirulos» para sus hijos, envió un saludo a todas las madres, resaltando su esfuerzo constante: “Las madres todo el año trabaja”, afirmó.

Una madre que ofrecía productos de las tradicionales alasitas compartió un emotivo mensaje: “La madre es muy sagrada, a la madre hay que querer todos los días, hay que darle en vida, no cuando está muerta”. Sus palabras resonaron con un profundo sentimiento sobre la importancia de valorar a las madres en vida.

Otra mujer trabajadora enfatizó la importancia de demostrar el cariño y el apoyo a las madres mientras están presentes: “Hay que darle todo en vida. Además, para una madre no hay hijo malo”, expresó con afecto.

La perspectiva de otra madre de familia fue aún más directa sobre la realidad de muchas mujeres trabajadoras: “Para todas las mujeres trabajadoras este día no existe porque tenemos que trabajar”. A pesar de ello, envió una recomendación sencilla pero significativa a todos los hijos: «Que todos los hijos le den un abrazo. Una madre, aunque sea agua fría les da», resaltando el amor incondicional de una madre.

Finalmente, otro comerciante resumió el sentimiento de muchas mujeres en su día: “No hay días especiales para nosotras”. Su mensaje fue un saludo a todas las madres del Perú, instándolas a seguir adelante con fortaleza: “Hay que salir adelante con la frente en alto”.

Estas historias reflejan el sacrificio y la dedicación de innumerables madres en Juliaca que, incluso en su día, priorizan el bienestar de sus familias, trabajando incansablemente para asegurar el sustento diario.

R.C.M.

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